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(Foto de Patxi López) |
Ya tenemos nuevo secretario general en el PSOE. Y es Alfredo Pérez Rubalcaba. Ha ganado la votación en el 38 congreso federal que se está celebrando en Sevilla. Y yo también lo estoy celebrando, aunque no haya estado allí.
Fui de los que firmé por el retraso del congrso, por la cercanía de las elecciones en Andalucía del 25 de marzo. Y porque pensaba que, ya que habíamos perdido las elecciones del 20N pasado, teniamos tiempo para reconstituir el discurso, repensar nuevos proyectos en la línea socialdemócrata y elegir una nueva estructura y dirección y unos nuevos candidatos que contaran con el apoyo del electorado perdido. No fue así la decisión tomada por el Comité Federal. Así que la disyuntiva en que nos metíamos era casi como una elección meramente personalista. Tras un desfile de modelos.
Se presentaron dos candidatos posibles. Alguno más se ha quedado en el camino sin obtener los avales suficientes. Carme Chacón pretendía presentarse como la opción de la renovación, de la ilusión, del entusiasmo, de la ruptura con el pasado derrotado, el radicalismo izquierdista de la vuelta al discurso perdido, con el aval de ser mujer y joven. Rubalcaba se presentaba como la serenidad, la experiencia, el sentido común, la tradición socialdemócrata, la asunción de responsabilidad ante esa derrota, con ganas de perseverar para ganar de nuevo, cuando llegue la oportunidad. A mí no me provocaban demasiado entusiasmo, y para muchos tampoco eran la solución, pero el congreso estaba convocado y había que optar, aunque fuese para vivir la travesía del desierto y preparar una transición a un proyecto mejor, haciendo también la mejor oposición. Ante el panorama, me pronuncié a favor de Rubalcaba en la asamblea de mi agrupación local. Si alguien tenía que dirigir una transición el mejor era Rubalcaba, por sus cualidades y por pertenecer a y representar la esencia socialdemócrata del PSOE, fraguada en los tiempos de Felipe y Alfonso. Chacón y su proyecto me parecían una operación de mercadotecnia, tramposa y poco ética. Tramposa porque no se podía encarnar la superación del zapaterismo derrotado en las urnas cuando se ha pertenecido a la misma dirección y el mismo gobierno, que había sido derrotado, sin decir esta boca es mía. Solo haciendo discursos llenos de emoción, lágrimas, sonrisas festivas, palabras huecas y nada de fondo, todo basado en la imagen. Poco ética, cuando se propone una nueva política y se ha tenido la oportunidad desde el gobierno, hasta hace dos meses, y no se ha efectuado ningún cambio. La política territorialista, tan poco de izquierda, el radicalismo social pero liberal en lo económico, y la falta de medidas para atajar la crisis desde una perspectiva socialdemócrta ha sido castigada por el electorado, y esa política la defendió hasta el último minuto Chacón, en el gobierno, no quien pagó el pato en las eleccones, Rubalcaba. Incluso se han suscitado polémicas como el indulto al banquero del Santander, después de las elecciones generales, y dos días después se habla de cambio de política financiera, y vuelta a las esencias. La supuesta renovación de Chacón suponía el triunfo de la política presente y la actual dirección saliente, el aparato del partido, paradójicamente. La teoría de Lampedusa: cambiar todo para que todo siga igual.
Por eso me he alegrado de que gane Rubalcaba. Él no ha renegado de su pasado y trayectoria, con afán electoral. Y quiere hacer los cambios necesarios con responsabilidad y solvencia, en el marco del proyecto de siempre del PSOE. Le queda una tarea difícil, tanto en un parlamento con mayoría del PP, como al restañar la heridas de un partido dividido en este proceso. Algunos líderes regionales y provinciales los ha tenido en su contra (ese sí que es un aparato, con poder, ejerciéndolo, y no el que ven siempre los enfadados, críticos y jóvenes deseosos de protagonismo). Nos queda una tarea difícil y pienso que la mayoría de nuestros delegados ha optado por la mejor figura política para liderarla. Con sus defectos y sus virtudes. No sé qué dará de sí el debate de la ponencia marco. Me temo que termine en un trámite más, con poco recorrido. Lo importante es que mañana el partido salga más unido y con ganas de ganar el futuro. Cueste lo que cueste . Esta ha sido la respuesta de los delegados, la respuesta socialista.