Visionario, emprendedor, loco por la técnica, apasionado de las nuevas tecnologías, hombre hecho a sí mismo, magnate, joven con éxito, inventor, profeta...Mucho se dice y se dirá de Steve Jobs, de este hombre, del que hemos tenido variadas noticias y polémicas, y hasta se han hecho películas, en las que se glorifican sus comienzos, al más puro estilo americano. Alguien a quien debemos mucho los que nos atrevemos a pulsar unas teclas o un ratón, delante de la pantalla de un ordenador, para abrirnos al mundo global, para acercarnos a otras realidades sin movernos del lugar, como hacen otros visionarios o mentes ensanchadas.
Dicen que el pecado original fue comer la fruta del árbol prohibido, la fruta del árbol de la sabiduría, del árbol del bien y del mal. Dicen que lo prohibió Yaveh, Dios. Y dicen que Dios es Bill Gates. Solo que "Adán" Jobs había mordido ya la fruta prohibida, la manzana. ¿O fue al revés'? Da igual, el mundo se divide entre los dos. Y el mundo nunca más fue igual: ipods, iphones, macs, lo que puede salir de la mente después de transformar el garaje de su casa...Descanse en paz, en el universo virtual.