En estos tiempos convulsos que vivimos en estos día, y ante la perspectiva que se avecina, no está de más tener un poco de sentido del humor y tomarse las cosas sin dogmatismos de ningún tipo. Por eso me parece estupendo recordar una película que fue un revulsivo político, intelectual y hasta religioso, en los momentos en que se estrenó (1979), La vida de Brian, de los añorados Monty Python, el grupo humorístico que diseccionó el mundo de la época con más clase, lucidez y libertad de miras.
Todo tipo de nacionalismo produce miopía. Y ellos nos lo demostraron con gracia y valentía, a través de la aparición de un supuesto mesías en el contexto de las luchas por la independencia judía, en tiempos del imperio romano. No existen ni absolutamente buenos ni absolutamente malos en esta gris realidad.